tuvo por facil, la causa que le movió dejar su iglesia, y venir con su edad cinco mil leguas á España. Después fué bien oido de su Magestad y Consejo, y se pusieron en práctica todas sus peticiones, y proposiciones, y se dió y tomó en ellas mucho tiempo, y se hicieron á su Magestad diversas consultas, para que las resolviese.
En el mismo año de noventa y tres, que murió Gomez Perez en las Filipinas, acordó el consejo, con consulta de su Magestad, de que el oficio de teniente asesor de las causas de justicia, en que estaba ocupado, desde que se quitó la audiencia, el licenciado Pedro de Rojas, se compusiese mas de lo que estaba, por la conveniencia de las cosas: y que fuese con título de teniente general, y que de las causas de justicia, conociese en apelación, que no excediesen de valor de mil ducados de Castilla; y con esto, fué promovido á plaza de alcalde de Méjico el licenciado Pedro de Rojas, y para que le tomase residencia, y fuese teniente general de las Filipinas, proveyó su Magestad al Doctor Antonio de Morga; el cual vino á la Nueva España, en seguimiento de su viaje, en principio del año de noventa y cuatro, que halló no habían venido los navíos, que está dicho faltaron de las Filipinas; pero no se sabía la muerte de Gomez Perez, ni lo que mas se había ofrecido: hasta que por el mes de Noviembre del mismo año, vino don Juan de Velasco en el galeon Santiago, que el año antes había sido despachado de la Nueva España, por el Virrey don Luis de Velasco, con el socorro conveniente para las islas, y trujo la nueva de la muerte del gobernador, y como su hijo don Luis Dasmariñas estaba en el gobierno. Luego se aprestó gente, y nuevo socorro para las islas, con el cual, y con muchos pasageros, y religiosos que habían venido de España, se embarcó el Doctor Antonio de Morga, en el puerto de Acapulco, en los galeones San Felipe y Santiago, llevándolo todo á su cargo, y hizo