vino sobre él el rey de Sian, con mucha gente de guerra y elefantes, tomó toda la tierra y la casa y tesoros del rey, que con su muger, madre, y hermana y una hija, y dos hijos que tenía, se entró huyendo la tierra adentro, hasta reyno de los Laos[1]. El Sian[2], dejando algunos capitanes suyos en guardia de Camboja, se volvió a su casa con lo restante del ejército: y lo que no pudo llevar por tierra, lo envió á Sian por la mar, en algunos juncos. Captivó los Portugueses y Castellanos que allí halló, y á estos tres los embarcó con otros esclavos Cambojas en este junco, con mucha ropa y guardia de Sianes, y Chinas por marineros. Hallándose en la mar, los tres Españoles y los Chinas en su ayuda, se levantaron con el junco, y mataron y rindieron la guardia de Sianes. Después vinieron á las manos los Españoles y los Chinas, sobre cuya había de ser la presa, y donde la habían de llevar; los tres Españoles vencieron á los Chinas, y matando los mas dellos, trajeron á Manila el junco, con lo que dentro del venía, que se les adjudicó, dando libertad á los Cambojas captivos, y lo mismo á los Chinas que habían quedado desta jornada vivos.
El rey de Sian, llegado a su corte en la ciudad de Odia[3], esperaba este junco, y viéndole tardar, mas de lo que la navegación pedía, temió se había alzado ó perdido, y deseó enviar quien le trajese nueva y razon del suceso. Hallábase por su prisionero (entre
- ↑ Más al Norte de Camboja.
- ↑ Lord Stanley supone que aquí existe una omisión de imprenta, debiéndose decir El Rey de Siam, en vez de El Sian. Más que omisión de imprenta, diríamos elipsis; en aquel tiempo, (y aun ahora á veces), se solía decir el China, el Japon, el Castilla, el Manila, por Chino, el Japonés, el Castellano, el Manileño, etc. El Sian, aquí significaría el Siamés, y como Morga hablaba de dos reyes, claro está que da a entender el rey Siamés. Esto se confirma más adelante.
- ↑ Odia sería Si-Juthia ó el asiento de los Reyes (Stanley).
Naret, Phra-Norodon, etc. Es digno de observar que bajo este nombre de Phra adoraban los Egipcios al Sol, y daban este mismo nombre á sus reyes y sacerdotes, de donde vendría probablemente el nombre Pharaón.