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NOVELA
DEL CABALLERO INVISIBLE,

COMPUESTA EN EQUIVOCOS BURLESCOS.
ANONIMA[1]

En lo bajo de Andalucía, y vente luego, habia un caballero á quien llamaban y no respondia; era nacido de un brazo, gentil hombre en la ley, y de su color blanco, donde tiran; tenia el juicio pintado, la memoria en inventario, su condicion era de arrendamiento, su calidad la tenia en su complexion, su cantidad era en escudos de armas, vivia en la casa de la muerte, la cual tenia puerta de calzon, la llave de la mano, ventanas de nariz, con rejas de arados, el poyo de alcalde, dos salas de audiencia, un retrete que apenas, los corredores de lonja, el pozo airon, el brocal de daga, el cubo de molino, el carrillo hinchado, la soga arrastrando, corral de concejo, secreta que calla. Este confuso caballero se admiraba en sí, considerando su extraña naturaleza, deseando con extremo ser casado, mirando á que no se perdiese generacion tan notable, y como no faltan terceros de la cuerda, ciertos amigos de dinero hicieron diligencia, buscando con quien casase, y hallaron una hermosa dama, tan á medida del buen caballero que pareció haberla tra zado el sastre de su naturaleza. Era una niña de un ojo, hija de un padre de yeguas, y de una madre de sumidero; llamábanla Blanca, de cuatro al ochavo, al padre Domingo de la tentacion, y á la madre Ana de tapicería; era esta niña gallarda tañida, tenia muchas gracias de Roma, buenas manos de labor de campo, tañia campanas, cantaba kyries y bailaba el agua adelante, leia cátedras, escribia en un oficio publico y contaba lo que le sucedia; su risa era de un arroyo, su donaire del que tiene don y es nada, y en todas estas gracias atinando á ser casada como pinsion.

  1. He aquí otra muestra, que mas bien es una caricatura, de un género que tambien cultivaron mucho nuestros autores del siglo XVII y en el que Quevedo llego al non plus ultra de la perfeccion o, mejor dicho, de la extravagancia. Aqui tenemos, llevado al mas alto punto de la exajeracion, el abuso de los equivocos, de los retruécanos y de toda especie de juegos de palabras y de trabucamientos de ideas, permitasenos la expresion. Pocos extrangeros, por bien que conozcan nuestra lengua, entenderan esta novelita, de la que es probable que tampoco queden muy enterados, aunque la lean con atencion, muchos Españoles, tan enmarañado es su lenguage y tan absurdo su sentido.