12 POLÍTICA DOMÉSTICA
Fácil es comprender que en la familia el padre y la madre deben tener atribuciones especiales, y que si por un enojoso contrasentido se cambiasen los papeles, habría perturbaciones más ó menos graves en la organizacion doméstica, y, por extensión, en el sistema general de la sociedad.
El marido debe proteger á su mujer, y la mujer debe obedecer a su marido; pero bien se comprende— rá que no se trata de una autoridad despótica ni de una condescendencia servil, sino de una superiori- dad deferente y cariñosa y de una obediencia fácil y razonada.
La sociedad conyugal no podria subsistir, si uno de los dos esposos no estuviera subordinado al otro.
La naturaleza y la ley civil han dado al marido la preeminencia indicada por la constitución de él, que no le sujeta á tantas necesidades, y que le garanti- za más independencia para el empleo de su tiempo y para el ejercicio de sus facultades.
En tal preeminencia está el orígen del deber que el marido tiene de proteger á su mujer. La obe- diencia de la esposa es un homenaje al poder que la