POLÍTICA DOMÉSTICA 171
ria: la sensibilidad y la imaginación resaltan en el carácter femenino. Por una de las ilusiones que las mujeres á que aludimos no pueden evitar, se figu- ran que en toda alma de hombre debe de haber lo que con tanta vivacidad sienten ellas, y que su co- razón, tan superabundante de movimiento y vida, es el modelo á que debería conformarse todo el mundo moral: poseidas de este ideal, han menes- ter prodigiosos esfuerzos mentales para comprender otro modo de ser diferente del suyo, otras dispo- siciones, otras tendencias. :
En este caso, cuando tal mujer llega á estar en contacto con la rigidez del raciocinio y de los cálculos positivos que dominan en el carácter mas- culino, se la ve juzgar á su marido, con rigor que ella considera como imparcialidad llena de justicia y moderación, imaginándose que el hombre con quien está casada es un desheredado de todo im- pulso generoso, de toda nobleza de sentimientos, de toda elevación de carácter; en una palabra, un ser excepcional que la fatalidad le ha impuesto cruelmente, Esta ilusión nace y se mantiene con tanta mayor facilidad, cuanto más constantemente se presenta el marido con todas sus imperfecciones, y Menos procura mostrar las buenas cualidades que con formas brillantes conserva en la sociedad, y que abandona cada vez que entra por la puerta de su casa.
