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POLÍTICA DOMÉSTICA 173

suelen manifestarse, llenando de extrañeza á per- sonas que observan superficialmente la naturaleza humana, y que se maravillarían menos, si conocie- van con cuánta facilidad la imaginación de esas mujeres transforma lo que la ocupa, y embellece lo que la interesa.


La mujer casada que tiene la desgracia de de- Jarse arrastrar por caprichos de su imaginación, se encarniza contra su marido á quien encuentra extra- vagante, amanerado, poco digno de ella: su idea favorita es reformarlo de pies á cabeza, según el tipo que semejante loca de atar acaricia en su mente. No es cosa fácil imaginar la tortura inau- dita soportada por un hombre sometido á esa especie de manipulación: si él es de carácter dócil y prefiere el papel de víctima al de guerrero, tiene que resignarse á sufrir bajo la férula de su impla- cable pedagoga, cuya crítica no le reforma ni el carácter, ni la inteligencia, ni los hábitos, ni las maneras; y por. más que el pobre hombre proceda con gran cuidado en todo, como su modo de sentir se diferencia tanto del de su enérgica gobernadora, recae á cada momento en faltas involuntarias que son consideradas como rebeliones pérfidas. ¿Quién