198 POLÍTICA DOMÉSTICA
trabajo y buena conducta. El patrón, en vista de tan deplorable extravío, hace observaciones justas y da prudentes consejos. listos y aquellas son recibidos con calma, porque todavía no atacan un mal incu- rable; pero como el mal hace progresos cada día, los consejos no tardan en ser escuchados con eno- jo; el descontento por un lado y la insubordinación por otro llegan á los extremos; las infidelidades complican esta insoportable situación, y el culpable obrero es definitivamente despedido. Tan malos antecedentes le cierran todas las casas en que se mantienen debidamente el orden, el trabajo asiduo y la moralidad, y sólo es admitido en algunos de los talleres donde el contacto de obreros tan mal reputados como él, lejos de encaminarle por buena senda, le lleva á consumar su perdición. Sucesi- vamente expulsado aun de los establecimientos que más toleran á los jornaleros viciados, llega á no tener medio alguno de satisfacer sus muchas nece- sidades. En adelante, los actos de más vil degra- dación serán sus últimos y criminales recursos. ¡Le dejaremos en manos de la justicia, por no seguirle hasta su expiación!....
Veamos á ese sirviente cuidadoso, atento, con-
