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POLÍTICA DOMÉSTICA 207

vituperado por la opinión pública, y no sabe gran- jearse títulos de consideración social; pero esa vi- tuperación es justa; porque son rarísimos los criados que tienen carácter sencillo y serio: ordinariamente se les ve afectar, imitando á los amos fátuos y orgullosos, un aire de superioridad ridículo y gro- tesco. A veces la importancia de las casas en que sirven, los magníficos trenes cuyo manejo se les confía y la riqueza de las libreas son los motivos con que se creen superiores á los modestos sirvientes sin escarapela, y aun á los artesanos no tan bien alimentados y vestidos. A muchos de esos satéli- tes de la opulencia, vemos erguirse con orgullo en la trasera de los carruajes de sus amos; y sean caballerizos, cocheros, lacayos ó jockeys, todos ostentan con sus posturas estudiadas las mismas pretensiones. Los criados de las casas opulentas, rodeados de un lujo para el cual no han sido edu- cados, y en moradas suntuosas donde son los principales muebles, se impregnan de muchos vi- cios de la civilización, imitando los defectos de sus amos, sin tener las virtudes ni la gracia de éstos.

No tolerar á los criados ningún acto contrario á