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214 - POLÍTICA DOMÉSTICA

de la tristeza á la alegría, de la irritación al entu- siasmo. ¿Como quereis, señoras caprichosas, que vuestros criados se habitúen á respetar vuestra vo- luntad y á considerarla razonable, cuando ven que es más móvil que el viento? Si observan que moti- vos frívolos, impresiones fugaces, sentimientos in- fundados constituyen la regla de vuestros mandatos, nunca reconocerán en vosotras el poder regular, im- parcial y firme que debe presidir los destinos de la familia: vosot'as mismas no vereis sus buenas cua- lidades y sus defectos sino por el prisma de vues- tra viva imaginación. Os llegais á figurar que uno de vuestros criados es un tesoro de virtudes, un sér dotado de las cualidades intelectuales y morales que en él necesitais: sólo él es capaz de comprenderos, de secundar vuestras miras, de adivinar vuestras in- tenciones: siempre se arregla de manera, que os evita muchos fastidios: lee en vuestras miradas, pe- netra en la significación de ellas. Las cosas siguen así, mientras las estáis viendo de color de rosa; pero, desgraciadamente, algunos dias después, to- do lo veréis negro: la persona cuyos servicios en- contrabais tan buenos se os hace repentinamente insoportable: os choca la torpeza de sus maneras, le suponeis quizá malos designios, su fisonomía no os expresa ya honradez, y os inclinais á creer que es un enemigo, por lo menos, contra vuestro bolsillo.