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POLÍTICA DOMÉSTICA 231

que debemos á Dios, Supremo Hacedor, amigo del linage humano, á quien manifiesta su infinito amor, colmándole de beneficios.


A una persona que no haya tenido la felicidad de conocer á los autores de sus dias, se le puede dar cierta idea del amor filial; pero tal persona ¿llegará á poseer este sentimiento, como la que ha recibido en su cuna las caricias de sus padres, como la que ha pasado su infancia en brazos de ellos, y les debe sus primeras palabras, sus primeros pensamien- tos, sus primeros placeres? ¡Ah! aunque el niño que se ha criado en su hogar paterno, sea en seguida separado de sus padres; aunque tenga la desgracia de perderlos, conservará para siempre en su alma la grata memoria de ellos; en cada situación de la vida, que le recuerde alguna circunstancia de los felices días que pasó al lado de sus padres, las queridísimas imágenes de éstos vienen á reprodu- círsele vivamente en la memoria; todavía le parece sentir la cariñosa boca, y oir la voz de cada uno de ellos; los recuerda en sus placeres, los recuer- da en sus pesares y teme turbar con alguna acción ilícita la paz en que descansan.