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248 POLÍTICA DOMÉSTICA

pios son siempre los mismos, y sus aplicaciones ince- santemente variables: por eso escribir Y reflexionar sobre la educación de nuestros niños es trabajo que rara vez está directamente relacionado con el de edu- carles. Asunto es este en que la experiencia nos enseña á no aplicar sino con circunspección y reser- va las ideas que nos sugiere, y á medir la importan- cia de los medios, no tanto por la del fin que nos proponemos alcanzar, como por el efecto que tales medios puedan ofrecer por sí mismos. El correc- tivo aplicado á una falta, podrá ser demasiado fuerte ó malo; la severidad empleada para reprimir un de- fecto, podrá arriesgar que se produzca otro; menes- ter es pensar en todo, y guardarse del error en los procedimientos, con tanto cuidado como del error en los principios. La educación es una obra de mu- chos pormenores, y podemos decir que de todas manos, concurriendo en ella tantas cosas, indepen- dientemente de nuestra voluntad y á pesar nuestro, que sería gran inconveniencia no asignarles su res- pectivo lugar. Cualquiera que sea la idea dominan- te llegará á ser peligrosa, si no tiene en cuenta los acasos, los descuidos, las inadvertencias y los yerros, el tiempo perdido ó mal empleado, las nociones falsas recibidas sin saber dónde, los malos actos adquiridos sin saber cómo, la insuficiencia de la dirección en algunas ocasiones y del refrenamiento