252 POLÍTICA DOMÉSTICA
era buena y Sara mala. Estas maneras tan diferen- tes, la de juzgarse á sí mismo y la de juzgar á los demás, se fundan en la debilidad de la inteligencia infantil, que no permite las combinaciones de las ideas; pues un carácter en que haya mezcla de bondad y maldad, le ofrecería un conjunto de par- tes, al enlace de las cuales no alcanzaría la compren- sión del niño. El personaje de quien se le ha referido un hecho, cuya narración le ha impresio- nado vivamen.c, permanece en su memoria, tal como se lo presentaron primero: Agar será considerada como una madre tierna y afligida, y todos sus he- chos deberán ser, sin duda, consecuentes á este tipo, una vez formado. De igual modo, si á Mari- quita le leo la historia de un muchacho que hurtó manzanas, juzgará que tal muchacho no puede ver manzanas sin tomarlas y comérselas, y que es dig- no del vituperio merecido por el carácter de glotón, del cual tiene ella tan desventajosa idea; pero esta es la que yo no le quiero destruir, y por eso me abstengo de enseñarle que glotón no es más que lo que ella misma es todavía; si yo hiciera lo con- trario, ella dejaría de considerar tan odiosa la glo- tonería, y si bien, cuando no sintiese el aguijón de la gula, sabría vituperarla, no le faltaría valor para resignarse en los momentos de la tentación, y co- nocería que tiene un gran defecto que vencer, en el
