256 POLÍTICA DOMÉSTICA
nado. ¿Deberá una fría opresión ahogar esas naturales aspiraciones ? ¿ Deberá una imprudente negligencia dejarlas extraviarse en movimientos de- sordenados? ¿Quién mejor que la madre puede hallar entre estos dos extremos el término medio más exacto? La niña se educa para la familia, y debe recibir la mayor parte de su educación en la fami- lia; generalmente, ningún trabajo es tan necesario y útil para ella como el de su casa, ninguna ense- ñanza le valdrá tanto como el ejemplo y las instruc- ciones de su madre. Cierto es que hay madres cuya compañía no puede ser beneficiosa para las hijas, y hacen bien en separarse de éstas; pues cuando la familia está demasiada atenta á las cosas del mundo, es preferible la educación que se puede encontrar en algún colegio de internas; pero esto no prueba que la niña debe recibir toda su educa- ción fuera de la casa paterna, sino que la madre tiene la obligación de hacer que su hogar sea morada digna de la hija.
Enel albor de la juventud, la niña es tímida y su situación muy delicada; necesario es que adquiera confianza en sí misma, sin que tome atrevimiento;
