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264 POLÍTICA DOMÉSTICA

sociales distinguidas, porque el verdadero senti- miento del arte vivifica la existencia de la mujer y le impide aficionarse á distracciones menos saluda- bles. Por consiguiente, antes que lleguen los gra- ves y minuciosos cuidados domésticos, y en el tiem- po libre que á una jóven le dan su edad y las como- didades que sus padres disfrutan, no hay ocupación. más agradable y excelente que la práctica bien en- tendida de algunas de las bellas artes, con la condi- ción de que no se incurra en el error de confundir la afición con la habilidad y la habilidad con el in- genio; bajo la condición, también, de que estos ador- nos de la inteligencia no originen frívola vanidad ni deseo insaciable de obtener aplausos. Y no sólo por medio de la enseñanza sistemática es cómo se puede conseguir que las mujeres adquieran nobles há- bitos, sino también por la conversación; pero como ésta en el trato social ordinario abunda en máximas falsas, y, por lo general, versa sobre asuntos frívo- los, la jóven deberá una buena parte de su educación á las conferencias familiares, á las conversaciones que tenga con sus padres: en su inteligencia pene- tran muchas ideas exactas, por medio de las lec- ciones insensiblemente envueltas en las conversacio- nes ocasionales; pues ella no mira con prevención ni desconfianza lo que se le enseña sin artificio, y com- prende fácilmente lo que ve aplicable á los asuntos ordinarios de la vida.