Página:Torres Politica domestica.djvu/298

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

296 POLÍTICA DOMÉSTICA

La dulzura y la vigilancia maternales pueden establecer la fraternidad sobre sus verdaderas ba- ses. Siun niño sorprende á su madre, por haberse aprendido una lección en menos tiempo del que era de esperar, ó por haber ejecutado una tarea mayor que la impuesta, convendrá comunicar á los de- más hermanos este hecho, no como ejemplo, sino co- mo noticia que la madre da—acompañando á su sa- tisfacción una caricia para el que la ha motivado —de maneya que todos participen del regocijo. Si la madre inflige una penitencia á uno de los her- manos, guárdese de divertir á los otros; manténgase muy seria, pero sin imponer silencio; no estimule la animación, á fin de que, impresionándose todos, la pena del culpable tenga para ellos el efecto de una calamidad general. Conviene evitar los castigos que puedan desunir á los hermanos; por ejemplo: que no sea castigado uno, obligándole á permanecer en casa, mientras los demás van á pasear, pues el dis- gusto de aquél podría convertirse en envidia, y éstos sentirían poco el castigo impuesto al hermano, ó, lo que es mucho peor, no lo sentirían. En cada fami- lia numerosa, produce buenos resultados dar partici- pación á los hermanos mayores en la educación de los menores, bajo la dirección de los padres, porque “así se establece en la autoridad una graduación favo- rable al orden, y se consigue que cada uno se intere-