POLÍTICA DOMÉSTICA 321
do, y aun adquirir algunas que de otra manera nunca hubieran brillado en ella. Sin embargo, hay casos en que el organismo físico se hace rebelde á la influencia que tienda á modificarle; y por eso exis- te á veces notable desacuerdo entre el exterior y el interior de una persona: puede haber en ella un organismo delicado, cuya aparente expresión ins- pire simpatía y confianza, aunque esté asociado á un alma viciosa, así como una fisonomía dura ó anti- pática puede coexistir con un alma excelente. Tam- bién hay fisonomías con rasgos vagos, indecisos ó contradictorios, que no tienen belleza expresiva, has- ta que un carácter moral perfectamente definido aparece dando animación á todo el exterior de la persona.
Vemos, pues, que la educación es el inmenso bien que, quizá en grado más alto aún que al hombre, da mérito á la mujer, porque si ésta ha recibido de la naturaleza un exterior desgraciado, puede por el cultivo de su espíritu engrandecer sus cualidades morales, hasta darles expresión interesante. En prueba de esta verdad, recuérdese que no son pocas las mujeres de exterior desagradable, que logran cautivar por la belleza de la expresión, debida á la elevación y grandeza del alma, el afecto y la sim- patía de cuantas personas las tratan. Las cualida- des que constituyen el carácter son, pues, las que:
