324 POLÍTICA DOMÉSTICA
da sentimiento, sino de la verdad y sinceridad candorosa en la misma expresión; pues las primeras dan por resultado el orden y la regularidad inhe- rentes á la armonía, y las segundas la libertad de- acción que, sin contrariedad ni cálculo, revela el fon- do del sentimiento ó la pasión. Toda vez que la mujer esté sometida en su niñez á la práctica de estos preceptos, y habituada á las exigencias de su espí- ritu educado para regular sus manifestaciones, éstas serán tan cumplidas en el orden físico, que deja- rán en el exterior la marca indeleble de su belleza, aun en los casos más extraordinarios.
Necesario es también cuidar de la voz, que es. un gran medio de expresión, pues independiente- mente de sus modificaciones en el lenguaje articu- lado, es susceptible, por sí misma, de una belleza puramente física y otra expresiva, la primera proce- de sólo de los sonidos y el timbre, y la segunda nace de las entonaciones é inflexiones debidas al sen- timiento; de lo cual resulta que el sonido que la voz: produce en cada una de sus emisiones, es de timbre tanto más agradable cuanto más lleno y dulce; y si á esto se agrega la variación á que la sujetan el acento y la modulación, se hallará una expresión ver- daderamente espiritual, que maniñesta las ideas y los sentimientos hasta en sus más tenues modicaciones. Este medio de expresión, poco atendido generalmen»
