Página:Torres Politica domestica.djvu/338

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

336 POLÍTICA DOMÉSTICA

rirán la delicadeza del gusto que desde muy tem- prano debe cultivarse con esmero.

No niego, pues, amiga mía, que las habilidades prestan mucho á las circunstancias ventajosas de una mujer y á sus medios de ser feliz; y aunque no creo que á esto se deban sacrificar las demás par- tes de la buena educacion, paréceme necesario hacer lo que la situación consienta: haga usted cuanto la suya le perraita, pero no se separe de su hija. Com- prendo perfectamente el deseo que usted tiene de casarla en ese pueblo, y no veo nada que deba obligar á usted á desistir de tan acertado propósi- to: la felicidad y la consideración social de una mu- jer no necesitan teatro muy extenso, las puede encon- trar en cualquier parte, y una vida como la de usted es honrosa y dulce; pero hay que saber con- tentarse con ella, y poderla dejar por otra. La posición del yerno que usted tenga, podrá cambiar; sus negocios, sus deberes políticos ó un cargo admi- nistrativo le obligarán tal vez á fijar su residencia en Buenos Aires, y usted no ha de querer que Mariquita, precisada por su posición á vivir en esta gran ciudad, se vea llena de dificultades y, por con- siguiente, desgraciada. La educación de nuestros hijos no requiere que les preparemos para tal ó cual posición, ni para la que les deseemos, ni aun para aquella que consideramos más propia para