POLÍTICA DOMÉSTICA 337
hacerles felices; pues no podemos prever qué lugar tendrán en la sociedad, y mucho menos todavía qué género de felicidad ó de trabajos les esperan; y aunque respecto á estas miras tuviéramos las luces de que carecemos, no nos sería lícito limitarlos á tan mezquina tarea. No nos han sido dados para que les obliguemos á seguir la invariable senda que nos parezca conducente á la realización de lo que les deseamos, sino para hacer de ellos, según nuestra posibilidad, lo que puedan ser; para desarrollar en todos sentidos sus facultades y hacerles capaces de llenar sus obligaciones en cualquier misión que se les confíe. Así, pues, sin preocuparnos en pre- pararles para un porvenir que no podemos arreglar según nuestros deseos, eduquemos á nuestros hijos, por modo tal, que aprendan á hacer lo que sea. propio de cada situación en que se hallen, Una instrucción extensa y habilidades distinguidas no se- rán inútiles á la mujer que se vea obligada á vivir lejos del bullicio, y aun le servirán de recreo en la sole- dad: si su fortuna llega á engrandecerse, las dispo- siciones económicas que haya tenido necesidad de: ejercitar en la medianía, encontrarán igualmente aplicación, le prestarán aptitudes para practicar la be- neficencia y le facilitarán medios para difundirla. No hay posición, por ventajosa que sea, en que el más humilde conocimiento no tenga utilidad, ni hay alta.
