POLÍTICA DOMÉSTICA 53
Los deberes de la mujer casada para con la socie- dad se extienden hasta más allá del círculo de la familia y de las relaciones de amistad: debe obser- var todas las condiciones impuestas por los usos y las reglas para saber vivir en la posición social en que se encuentre colocada, cumplir los buenos oficios de vecindad, y ser al mismo tiempo persona sincera, benéfica y caritativa.
La recién casada debe saber gobernarse á sí mis- ma, principalmente para modificar aquellos de sus hábitos que no estén en armonía con los gustos y con el carácter de su consorte ni con las exigen- cias de su condición de esposa. Procure, pues, en cuanto le sea posible, subordinar su voluntad á los consejos de la razón, perfeccionar sus facultades in- telectuales y emplear su tiempo conciliando el cum- plimiento de sus obligaciones domésticas con el de sus deberes morales y religiosos.
Así podrá conseguir,no sólo el afecto sino también la estimación y la confianza de su marido, que le son tan necesarias para asegurar: por una parte su autoridad sobre sus subordinados, y por otra parte la mejor consideración de la familia con quien acaba de enlazarse.
Y así será, como debe ser, lazo que une dos fa- milias; será feliz y contribuirá á labrar la felicidad de los suyos. Su ejemplo produce más efecto que to-
