56 POLÍTlCA DOMÉSTICA
minados luna de miel, la joven esposa experimenta inquietudes y disgustos que van siempre en aumen- to, á medida que avanza en la espinosa carrera de la vida.
No es muy común que el esposo manifieste el so- lícito afecto que prevé todas las dificultades y las se- para con mano hábil, siempre que aparecen. Si su objeto ha sido unir una posición á un dote, la esposa es cuestión secundaria en el negocio; y después de haberle dedicarlo el tiempo y las atenciones que el bien parecer prescribe, vuelve á sus distracciones ha- bituales.
El marido que no siente la incesante necesidad de afectuosa consideración que su joven esposa experi- menta, deja con imprudente descuido que el corazón de ella se vuelva hacia su familia y particularmente hacia su madre.
En efecto, llega el momento de la vida en que la hija reconoce mejor la finura y la abnegación del amor maternal; hasta entonces, habia considerado la inagotable bondad de su madre, como un sentimien- to vulgar y fácil de reemplazar; pero la experiencia hace justicia á esa ingratitud que, justo es decirlo, suele ser inconsciente; el pasado se ilumina con la claridad del presente, y muestra cuán excelente y ra- ra cosa es el verdadero afecto.
¿Estrañaremos que una joven en tal apuro se apre-
