POLÍTICA DOMÉSTICA 61
delicadas sufren por efecto del egoismo existente en la humanidad.
Ese sufrimiento, que tiene sus raíces en las fibras mas sensibles del corazón, precipita á las mujeres que sueñan cierto ideal: en vano será que se les oculte á sus miradas, que las decepciones se multi- pliquen con las pruebas y que los pesares se agra- ven con las agitaciones de la vida; siempre persi- guen con candor la ilusión de amor y felicidad, que se les desvanece cuando creen que llegan á rea- Jizarla.
Con frecuencia, el matrimonio es la primera de las decepciones en que la vida se muestra en triste realidad; pero la madre verdaderamente digna, en vez de atribuir á su yerno la causa de males que él no puede remediar; en vez de irritar la sensibilidad de su hija, para obtener de ella la posesión absoluta de su cariño y de su confianza, debería mostrarle las realidades de las cosas de la vida, iluminarle la razón con la luz de la experiencia, que en muchas ocasiones libra de extravíos las naturalezas impe- tuosas.
Tan racional influencia produciría grandes venta- jas, impidiendo muchos pasos arriesgados; pero co- mo de la generalidad de las madres no se puede es- perar abnegación completa en este sentido, es prudente que la hija casada guarde secretamente en