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78 POLÍTICA DOMÉSTICA

El hombre que honra á su madre, es como el que labra un tesoro.

El hombre que abandona á su padre, se consagra á la ignominia; y el que excita la cólera de su ma- dre, incurre en la maldición del Señor.

El que despoja á su padre y echa á su madre es miserable é infame.

El que roba á su padre ó á su madre, y dice que no ha pecado, es compañero del homicida.

No os envanezcais con nada de lo que deshonre á vuestro padre, porque nunca su vergüenza podrá contribuir á vuestra gloria.

No entristezcáis los dias de vuestros padres: sed el apoyo de su vejez.

Si su espíritu se debilita, sabed soportarle, y no le tratéis con menos respeto, porque os asista la. razón; pues la caridad que se use para con los pa- dres, no será echada en olvido.

No desdeñéis á vuestros padres, cuando os sentéis entre los magnates de la tierra. De miedo que Dios no os abandone aun en medio de esos magnates, y que deslumbrados con vuestra fortuna no caigáis en el oprobio,sintiendo entonces haber visto la luz, y maldiciendo la hora de vuestro nacimiento.»

¡Con qué vivacidad, con qué gracia seductora, con qué majestad de lenguaje expresa la Sagrada Escri— tura los deberes relativos al respeto filial!