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Página:Tradiciones peruanas - Tomo II (1894).pdf/15

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LA GRUTA DE LAS MARAVILLAS

A pocas cuadras del caserío de Levitaca, en la provincia de Chumvibilcas, existe una gruta, verdadero prodigio de la naturaleza, que es constantemente visitada por hombres de ciencia y viajeros curiosos, que dejan su nombre grabado en las rocas de la entrada. Entre ellos figuran los de los generales Castilla, Vivanco, San Román y Pezet, ex presidentes del Perú. Desgraciadamente no es posible pasar de las primeras galerías; pues quien se aventurase á adelantar un poco la planta, moriría asfixiado por los gases que se desprenden del interior.

Ahora refiramos la leyenda que cuenta el pueblo sobre la gruta do las maravillas.

Mayta—Capac, llamado el Melancólico, cuarto inca del Cuzco, después de vencer á los rebeldes de Tiahuanaco y de dilatar su imperio hasta la laguna de Paria, dirigióse á la costa y realizó la conquista de los fértiles valles de Arequipa y Moquegua. Para el emprendedor monarca no había obstáculo que no fuese fácil de superar; y en prueba de ello, dicen los historiadores que, encontrándose en una de sus campañas detenido de improviso el ejército por una vasta ciénaga, empleó todos sus soldados en construir una calzada de piedra, de tres leguas de largo y seis varas de ancho, calzada de la cual aún se conservan vestigios. El inca creía desdoroso dar un rodeo para evitar el pantano.

Por los años 1180 de la era cristiana, Mayta—Capac emprendió la con-