descubrir el intríngulis, si lo había, y apostó cuatro jayanes para que se apoderasen del encapado.
Quiso la suerte que esa noche se decidiera el zapatero á llevar su re cién nacido á la santa casa, pues carecía de recursos para mantener un hijo más. A tiempo que los jayanes le caían encima, una enlutada colocaba otro niño en el torno.
Introducido el pobrote en la casa, le dijo la superiora: —Es mucha pechuga que todas las noches traiga usted á pares los muchachos. ¿Qué se ha figurado usted? Ya puede cargar con los que ha traido hoy, antes que lo haga poner preso para que Ja Inquisición averigüe si tiene ustod pacto con el diablo ó fábrica de hacer muchachos. ¿Ha bráse visto la lisura del hombre?
Al oir lo de la Inquisición, contestó temblando el zapatero: —Pero, señora, uno no más es mío, quédese usted con el otro.
—Largo de aquí, so arrastrado, y llévese su par de diablitos!
El zapatero no tuvo más que regresar á su casa con dos bultos bajo la capa y contó el percance á su mujer. Esta, que había quedado llorando á lágrima viva porque la miseria la obligaba á desprenderse del hijo de sus entrañas, le dijo s su marido: —Dios, que lo ha dispuesto así, to dará fuerzas para buscar dos panes más. En vez de diez hijos tendremos una docena que mantener.
Y después de besar al suyo con el santo cariño de las madres, empezó á acariciar y desnudar al intruso.
Jesús! ¡Y cómo pesa el angelito!
Y de veras que el chico pesaba, pues estaba ceñido con un cinturón diestramente arreglado y que contenía cien onzas de oro. Además traía un papel con las siguientes palabras: «Está bautizado y se llama Carlitos.
Ese dinero es para que su lactancia no grave á la casa. Sus padres espe ran en Dios poder reclamarlo algún día » Cuando menos lo esperaba salió de pobre el zapatero, pues con las monedas del infaute habilitó la tienda y fué prosperando que era una bendición.
Su mujer crió al niño con mucho mimo, y al cumplir éste seis años fué recogido por sus verdaderos padres, quiones, por motivos que no son del caso, no habían podido legitimar antes sus relaciones.