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Página:Tradiciones peruanas - Tomo II (1894).pdf/75

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Ricardo Palma

arranque de cólera, dió un puntapié sobre un crestoncillo, descubriendo una veta tan rica que hizo en breve poderosos á cuantos la trabajaron.

Esa fué la conocida con el nombre de Mina de los Pobres.

Refiere el autor que una mina, llamada la Hedionda, producía cerca de dos mil marcos por cajón; pero que no puede explotarse por ser mortíferas sus emanaciones.

Larguísimo extracto podríamos hacer de las curiosas noticias que contiene este interesante manuscrito. Para satisfacer al lector bastará quo hagamos un sumario de las materias de que trata cada capítulo de la obra.

En el capítulo

I

se ocupa el autor de discutir sobre la posibilidad de la navegación aérea, y por incidencia consagra tres páginas á Santiago de Cárdenas el Volador, limeño que en la época del virrey Amat escribió un libro describiendo un aparato para viajar por los aires.

El capítulo

II

contiene una importantísima disertación sobre la coca, su cultivo y propiedades, y un estudio, también muy notablé, sobre la despoblación de España y población de las Indias.

Los capítulos

III

y

IV

están consagrados á noticias sobre los sistemas para beneficiar metales, datos sobre las minas de azogue de Huancavelica, descripción del lago Titicaca, opinión sobre su desagüe, posibilidad de una inundación espantosa y pormenores sobre las minas de Puno y Potosí Los dos últimos capítulos son de importancia puramente científica ó literaria. Expone el autor sus teorías sobre las mareas, desviaciones de la aguja, vientos, etc., y diserta largamente sobre el teatro y la poesía dramática.

Como se ve por este sumario, el manuscrito del autor anónimo, que fué un español que residió muchos años en el Perú, merece ser leído y consultado.

Disculpesenos estos párrafos que poca concomitancia tienen con la tradición, y concluyamos con López Quirós.

V

DONDE CONCLUIMOS COPIANDO UN PÁRRAFO DE UN HISTORIADOR

«Fué este caballero muy humilde, su conversación muy decente, extrema su religiosidad y devoción, su conciencia muy ajustada. Lo que encargaba más á sus administradores era que á los indios les satisficiesen con puntualidad su trabajo, y que en ninguna forma especulasen con ellos; porque de no tratarlos bien y medrar avariciosamente con su sudor,