II
Y pasaron años de la muerte de fray Venancio.
Dormía una noche tranquilamente el padre Antolín, y despertó sobresaltado sintiendo una mano fría que se posaba en su frente.
Un cerillo encendido bajo una imagen de la Virgen Protectora de Cautivos esparcía en la celda débiles y misteriosos reflejos.
A la cabecera de la cama y en una silla de vaqueta estaba sentado fray Venancio.
—No te alarmes dijo el aparecido—Dios me ha dado licencia para venir á encomendarte un asunto. Ve mañana al mediodía al portal de Botoneros y pídele á D. Marcos Guruceta seis mil pesos que le dí á guardar y que están destinados para poner en el primer claustro la vida de nuestro santo patrón.
Y dicho esto, la visión desapareció.
El padre Antolín se quedó como es de presumirse. Cosa muy seria es ésta de oir hablar á un difunto.
Por la mañana se acercó nuestro asustado religioso al comendador de la orden y le refirió, sueño ó realidad, lo que le había pasado.
—Nada se pierde, hermano—contestó el superior,—con que vea á Guruceta.
En efecto, mediodía era por filo cuando fray Antolín llegaba al mostrador del comerciante y le hacía el reclamo consabido. D. Marcos se subió al cerezo, y díjole que era un fraile loco ó trapalón: Retiróse mohino el comisionado; pero al llegar á la portería de su convento, salióle al encuentro un fraile en el cual reconoció á fray Venancio.
—Y bien, hermano, ¿cómo te ha ido?
—Malísimamente, hermano—contestó el interpelado.—Guruceta me ha tratado de visionario y embaucador: Sí? Pues vuelve donde él y dile que si no se allana á pagarte voy yo mismo dentro de cinco minutos por mi plata: Fray Antolín regresó al portal, y al verlo D. Marcos entrar por la puerta de la tienda, le dijo: —¿Vuelve usted á fastidiarme?
—Nada de eso, Sr. Guruceta. Vengo & decirle que dentro de pocos instantes estará aquí fray Venancio en persona á entenderse con usted.
Yo me he adelantado á esperarlo.
Al oir estas palabras y ante el aplomo con que fueron dichas, experimentó Guruceta una conmoción extraña, y decididamente teinió tener que habérselas con una alma de la otra vida.