Esta página ha sido corregida
EL CUERVO
A Belisario J. Montero.
En una tempestuosa media noche — hallábame meditabundo, endeble, agobiado, — y hojeaba raros, roidos y mustios folios — de antigua y olvidada ciencia. — Mientras dormitaba y casi rendíame al sueño, — de repente se oye un golpe ahogado, — como si alguien suavemente tocara — y golpeara a la puerta de mi cuarto. — "Será algún visitante murmuré, — que golpea á la puerta de mi cuarto; — Sólo esto y nada más".
¡Ah, bien lo recuerdo! — Estábamos en el helado mes de diciembre, — y cada brasa que en el hogar