Página:Traducciones - Leopoldo Díaz (1897).pdf/115

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 109 —

mente encima de la puerta de mi cuarto — posóse y se sentó, y nada más.


Entonces este pájaro de ébano — distrajo un momento mi triste fantasía, — por el grave y solemne decoro — de aquel semblante adusto que tenía: — "aunque tu cresta esté calva — tú, de seguro, dije, no estás envilecido, — espantoso, horrendo, torvo, anciano cuervo — que vagas en la lejana y tenebrosa ribera, — dime cuál fué tu dominio, cuál tu nombre señorial - allá en el país lejano de Plutón, desconocido!" — Dijo el cuervo: "¡Nunca jamás!"


Mucho extrañé que este pájaro contrahecho — de tan súbito modo contestase, — aunque su respuesta poca significación, — poca oportunidad revelara; — pues todos convendrán — que jamás ser viviente humano — fué bendecido con ver — pájaro encima de su puerta — pájaro ó bestia sobre el esculpido — busto, arriba de la puerta de su cuarto, — con semejante nombre de "Nunca jamás ".


Mas el cuervo posado, solitario, — sobre el plácido busto sólo dijo — esta única palabra, cual si su alma