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Mostraba la serena valentía
Hecha de heroicidad y de armonía,
Esa paz de los grandes corazones,
Varoniles, intrépidos y suaves,
Que eran á un tiempo alegres cual las aves,
Fuertes como leones.

Y díjome:
"Poeta; ¿Nunca viste
Desde el picacho de la sierra triste
Donde el águila duerme, la avalancha
Del ronco vendabal?
Si descendiendo
Marcha el turbión, colérico, tremendo,
Desgarrando va el monte y la materia,
Y se hincha y crece la monstruosa arteria,
Y todo despedaza en su pasaje,
La floresta y el búfalo salvaje,
La choza del pastor. Terribles coros
Se oye mugir de estrangulados toros;
Y creciendo, aumentando, hecho oceano,
Con su sordo gemir, sordo y lejano,
El agua, que fué mar, tórnase lago,
Y el cielo inunda una alegría extraña.