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Abandona del sueño los umbrales;
Embebamos los pechos luminosos
En los frescos perfumes vigorosos,
Sinceros, cristalinos, matinalesl
Ven, mi amor!... Presurosa la mañana
Posó sus pies de rosa en la montaña;
Los vientos acarician la pradera;
Va por el mundo una alegría extraña...
¡Oh! luz de las auroras indecisas!
Momento misterioso y sacrosanto,
Dulce como las tímidas sonrisas
Que lucen entre lágrimas de llanto!
Mora feliz de sueños virginales!
Tan casta como el íntimo secreto
Que con labio inocente nos murmuras!
Rie la luz entre las verdes hojas
Con la risa infantil de cien criaturas;
Van las blancas palomas en bandada
Por los amplios espacios majestuosos;
Y la estrella del alba desmayada,
Brilla como una perla abandonada
En el fondo de lagos silenciosos.