Página:Traducciones - Leopoldo Díaz (1897).pdf/78

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 72 —

Bostezan en la linfa luminosa —
Y — ningún rico en la ciudad callada —
Que en los brillantes ojos de los ídolos
Duerme el último sueño — ni la blanca
Muerta, de alegres joyas revestida —
Su húmedo lecho entre las olas palpan —
Ni aquellas olas por el viento, nunca,
En tan lejanos mares son rizadas —
Ni el cielo, sobre mares tan horribles,
Tan plácidos y horribles, se dilata.

Pero, mirad! De pronto, el aire tiembla!
Agítanse las olas espantadas,
Cual si fueran hundiéndose las torres
En la marea fúnebre que avanza —
Y como si las cimas, en la altura,
Lentamente, de lado se inclinaran!
Rojizo resplandor tiñe las olas —
El tiempo mudo, sordamente pasa —
Y lejos de los ruidos terrenales
Que de los tronos infinitos se alzan —
Abajo, abajo, donde fué construida,
Abajo, abajo, en la ciudad extraña —
El infierno se inclina reverente,
Con expresión satánica!