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murmura "Dios nos ampare", estando en cuadratura la luna en el ciclo—la luna, que, erguida allá lejos, en el éter de luz bañada, cogió el rayo de múltiples soles puestos á la tarde. — De media noche, cuando la luna reverberaba con la bella y extraña luz.

. Colocada sobre altura semejante, levantábase una construcción de esplendorosas columnatas sostenidas por el diáfano ambiente, reflejando del mármol de Paros esa doble sonrisa, que chispeaba en la onda allá lejos, y mecía en su cuna la joven montaña. El pavimento de estrellas fundidas, de aquellas que caen por el tenebroso ambiente cubriendo de plata el funéreo paño, que proclama su propio fin, mientras se mueren. — Adornando, luego, las moradas del cielo, una cúpula, bajada del cielo por hilo luminoso, descansaba graciosamente sobre esas columnas como una corona. Allí una ventana, de un solo diamante circular, dominaba la purpúrea atmósfera, y rayos de Dios lanzados por esa cadena de meteoros consagraban dos veces su incomparable hermosura, salvo cuando, entre el Empireo y ese anillo, algún fugaz espíritu movía sus tenebrosas alas. Mas, desde esos pilares han contemplado los ojos de serafines, en lontananza, el débil reflejo de este mundo: ese