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ANNABEL LEE
Muchos años corrieron desde entonces;
En el reino lejano en que nací,
Junto al mar, una virgen habitaba
Que llevaba por nombre Annabel Lee;
Ella sólo vivió por mi cariño,
Por ser amada, y por amor á mí.
Yo era un niño, también ella era un niño,
En el reino lejano en que nací;
Y con amor inmenso, inextinguible,
Nos amábamos yo y Annabel Lee;
Con amor tan profundo que envidiara
Desde el cielo algún blanco serafín.