Página:Viaje a la Patagonia Austral - Francisco P. Moreno.pdf/62

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 59 —

tis, he encontrado infinidad de organismos vivientes que la han elegido para su domicilio y cuando la curiosidad me ha llevado a rebuscar en el intrincado laberinto de raíces que forma su base, Invisto cientos de pequeños seres guarecidos y viviendo tranquilos allí.

La Macrocustis, ciñe el globo en su región austral, con una verde y gigantesca orla. Allí, precediendo a la muerte glacial, ondula lujosa entre la región templada y algunas veces se la ve flotando hasta en las inmediaciones de los hielos polares. En sus inofensivas redes, varan y mueren inmensos y terribles témpanos.

Su verdor sólo adorna el Atlántico y el Indico en los parajes donde cruzan las corrientes australes y llega a veces hasta la embocadura de nuestro fecundo Plata. En las costas de Quequen he recogido sus muestras. Camalotes inmensos de ella navegan por las costas patagónicas, hasta doscientas millas al norte de las islas Falkland, en cuyas costas nacen también, y muchas veces varan en las playas del Cabo de Buena Esperanza. Continúan su viaje en esa dirección, pues las corrientes y la temperatura del océano no les permitiría llegar más al norte, en esos puntos. El gran Pacífico, es más privilegiado: las corrientes que parten de las inmediaciones del Cabo de Hornos, esparcen y adornan, con bancos de Macrocytis las costas occidentales de ambas Américas. Nacidas al reparo del extremo sur del rugoso continente, con las corrientes frías, cruzan las zonas templadas y cálidas; trasladan la vida antártica a las costas árticas de Aleutia y Kamstchatka.

¡Qué inmenso papel desempeñan, en la economía del mundo, las humildes hojas que corta nuestro bote y que al principio considerábamos un estorbo!

Continuemos viaje, distraigámonos con los ju-