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que hace que el vado mida ciento cincuenta metros. Además, sólo en el tiempo en que la bajante es muy grande, se puede cruzar a toda hora, pues cuando las mareas toman mayor fuerza, sólo es posible hacerlo durante el reflujo. El canal del norte es el verdadero canal del Santa Cruz, ancho allí de más de 300 metros; corre con una velocidad mínima de cinco millas, siendo esta anormalmente menor cuando las grandes mareas ejercen hasta este punto su influencia, y atajan las aguas que descienden de los Andes; entonces la isla se anega casi completamente.

En una pequeña huerta, los habitantes de la isla cultivan algunas legumbres, tales como papas, nabos, rábanos, coles, lechuga, que adquieren todas un tamaño notable.

La vida que aquí se pasa es monótona, pero la visita que hacen de cuando en cuando los indios tehuelches, que llegan en procura de la industria europea, a los cuales van acostumbrándose de tal manera que ya les es muy sensible pasarse sin ellos, proporciona distracción a sus habitantes, tomando compensación, al mismo tiempo, del sacrificio que hacen los que viven en este punto.

La agradable temperatura y la poca humedad contribuyen a que, en este paraje, no se sufran graves enfermedades, aun cuando las transiciones barométricas y termométricas sean muy notables, en ciertas ocasiones, y esto hace que, si bien las comodidades no son aquí abundantes, por lo menos la salud se robustece, y no se desea mucho el bullicio enfermizo de la ciudad.

Diciembre 22-28.—Esta semana la empleamos en arreglar los víveres y los objetos que debemos emplear en la ascensión del río, y disponemos el bote para recibirlos; se le hacen cajones, y lo calafateamos. Luego envío los marineros a ayudar en la descarga del buque, que ha venido a fondear frente a las Salinas.