Página:Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi.pdf/112

De Wikisource, la biblioteca libre.
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Esta página ha sido corregida
— 98 —

criado como pupilos. Temeroeos los malhechores del castigo de sus bárbaros atentados huyeron poco despues.

Cuando se tuvo noticia en Chiloé de esta horrible catástrofe, entraron algunas españoles con el padre Arnaldo Yaspers, de la mision de Huar, a Nahuclhuapi para visitar el triste teatro de la trajedia. Encontraron el campo desierto; solo hallaron a una indiecita pupila de los padres, la cual se habia escondido i les dió ahora razon del infortunado suceso. Hallaron el cuerpo del padre Elguea abrasado entre las ruinas. Es probable que le dieran sepultura, aunque no se mencione especialmente el hecho. Encontraron la imajen de la Vírjen i la llevaron a Chiloé, de donde pasó mas tarde a Concepcion. El anotador anónimo del "Derrotero a los Césares por Rojas" publicado por Angelis, tuvo conocimiento de esta entrada hecha desde Chiloé despues de la muerte de Elguea, i de su resultado negativo por haberse huido los indios [1].

Estando todo dispuesto en Concepcion para el viaje del superior a Nahuelhuapi, se recibió la infausta noticia de la muerte de Elguea i de la destruccion de la mision, por lo que el viaje quedó suspendido.

Se hallaba en esa época en Concepcion el gobernador interino del reino D. José de Santiago Concha, en circunstancias que habia recibido ya el aviso de que su sucesor, el gobernador propietario D. Gabriel Cano de Aponte habia llegado a Mendoza, en tránsito para Santiago, a donde llegó en diciembre de 1717. Concha se embarcó en estos mismos dias para Lima (Barros Arana). Este cambio de gobernadores fue, segun Olivarez, la causa que los indios de Nahuelhuapi no fueran castigados.

El autor nombrado, cuya historia, es la única fuente para este suceso, no indica la fecha de la muerte de Elguea; los datos referidos nos permiten solo dar como la fecha aproximada el mes de noviembre de 1717, faltando mui poco para que la mision cumpliera catorce años de existencia no interrumpida.

El trájico fin de la mision, acaecido cuando parecia tan bien cimentada por los trabajos de los ilustres padres Laguna i Guillelmo, creyéndose jeneralmente asegurada su existencia por la apertura del camino de Vuriloche, no estrañará talvez al lector que haya seguido atentamente el curso de los acontecimientos. Hemos señalado antes el descuido en que vivian los misioneros teniendo al frente a los pérfidos puelches: Elguea se hallaba casi solo. Por otra parte, los puelches estaban a la sazon escasos de víveres; de esta manera las malhadadas vacas de la mision [2] debian tentar su codicia de un modo irresistible, i era inevitable la catástrofe. Es probable que si Elguea les hubiese cedido algunas vacas para satisfacer en el momento su necesidad mas apremiante, ellos se habrian

  1. Amunátegui l. c. t. III p. 514.
  2. Vea arriba p. 74.