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la capital de Lima el dia cuatro de Junio del mismo año [1], y luego el Excmo Señor Virrey Fr. Don Francisco Gil y Lemus [2], me mandó volber a Chiloé con el único fin de descubrir la Laguna de Nahuelhuapi, y registrarla cinco leguas en contorno [3].



    Faltándole poco para completar los veinte años de mision en Chiloé, que se consideraban como el máximum de tiempo que se podia soportar tan pesado ministerio i daban derecho a descansar, nuestro autor obtuvo la autorizacion para retirarse a Ocopa.

  1. Menendez se embarcó en San Cárlos el diez i ocho de abril de 1790 en la fragata Cármen, que llevaba al puerto del Callao un cargamento de cuarenta i seis mil tablas de alerce. Fuera de él iba tambien de pasajero el alferez de fragata i primer piloto D. José de Moraleda, de cuya relacion [n 1] tomamos estos datos. Es significativo tal vez que Moraleda, quien suele señalar en otros diarios de navegacion a los pasajeros que le acompañaron, no mencione esta vez ni a Menendez ni u ningun otro. Vimos ántes [n 2] que Moraleda no abrigaba una opinion favorable sobre las excursiones de Menendez por la sospecha en parte fundada que ellas perseguian la quimera de los Césares.
    La navegacion fué feliz i amenizada por una estadia de quince dias en Valparaiso, a donde el buque habia recalado para pedir órdenes. Moraleda marcó al salir del puerto las enfilaciones con el volcan Aconcagua, la silla del Gobernador i la campana de Quillota, detalles importantes que no son mencionados en las relaciones de los viajes mas antiguos. La silla del Gobernador, que en la estacion del invierno era visible desde Valparaiso, recuerda el cuento del famoso gobernador Martinez de la Espada [n 3]. Menendez se refiere tambien mas adelante, en su tercer viaje a Nahuelhuapi, a esta estadia en Valparaiso [n 4].
  2. Al desembarcar nuestros viajeros en el Callao, recibieron la noticia trascendental que al virei D. Teodoro de la Croix habia sucedido hacia como mes i medio, el nuevo virei Fr. D. Francisco Gil i Lemus. Veremos que este alto funcionario tomó en los destinos de Menendez una injerencia, directa que duró casi hasta el fin de su gobierno en 1796.
  3. En los "Viajes a la Cordillera" que acabamos de repasar, Menendez ha espuesto claramente los motivos i antecedentes que tuvo para emprenderlos. Del mismo modo para sus primeros viajes, al istmo de Ofqui, le habian servido de estímulo los viajes relativamente recientes de los padres jesuitas José Garcia i Juan Vicuña i el encargo oficial,

  1. "Esploraciones Jeográficas e Hidrográficas," 1888 p. 257.
  2. Este libro t. I, p. 98 nota 3.
  3. Este libro t. I, p. 3, nota 1. Parece que el autor de aquel espiritual artículo de crónica fué D. Roman Vial, el ilustrado i benemérito cronista del "Mercurio", cuya muerte se deplora hace mas de un año.
  4. Vease su tercer viaje, dia 9 de marzo de 1793.