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mañana. En el mismo dia comensó a llover y continuaron los aguaceros y malos tiempos hasta mediado el mes de Diciembre, que abonanzó el tiempo, y luego pasé a la ciudad de Santiago de Castro, capital de Chiloé [1], en donde me havilité de todo lo que restaba, de una Pirahua y gente miliciana para el viaje. Todo estubo pronto para principio del año siguiente.

AÑO DE 1791


Dia 3 de Enero de 1791

A las tres de la tarde me embarque en la ciudad de Castro con diez y ocho hombres en una sola Pirahua, pues otra la


    La formacion espontánea de esta sal es un fenómeno mui curioso, debido indudablemente a las condiciones meteorolójicas escepcionales de esta costa en que no llueve nunca. El calor del sol evapora el agua del mar de que se hallan saturadas las arenas de la costa. He aquí como el viajero ingles W. B. Stevensson, quien visitó Chile i el Perú durante la guerra de la Independencia, describe estas salinas: "Como a tres horas de camino al Sur de Huacho se hallan las salinas o campos de sal. La sal está cubierta de una capa de arena mas o ménos gruesa; debajo de ella se halla la capa de sal sólida de ocho a doce pulgadas de espesor, que se quiebra con barretas i hachas. Despues de tres años la sal ha vuelto a crecer lo suficiente para ser beneficiada de nuevo. Este llano reducido, que no pasa de cinco millas inglesas de superficie, produce una cantidad suficiente de sal para abastecer la mayor parte del Perú i Chile". Segun Mateo Paz Soldan[n 1], los trozos de sal en bruto se esponen al sol para secar i endurecer. Parece que esta elaboracion es orijinal i propia solo de estas salinas, porque difieren de los procedimientos usuales en otras salinas del mundo.
    La obligacion de proveer a Chiloé de sal, como articulo de primera necesidad, i de aguardiente de Pisco, a que nos referimos al hablar de Chacao, ha sido el móvil principal para surtir el comercio del Archipiélago desde el Perú. Esta relacion comercial atrajo a su vez su dependencia administrativa del Vireinato. Se reconoce con satisfaccion en este arreglo la solicitud del gobierno español de atender a las necesidades de sus colonias mas distantes.

  1. El autor arribó, al venir del Callao, a San Cárlos, que era ya en ese tiempo la capital i el asiento de las autoridades de Chiloé; sin embar-

  1. Geografía del Perú, Paris, 1862 p. 322.