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cubrieron dos ensenadas opuestas, la una al norte, y la otra al sur: fuimos a esta y luego encontramos un arenal en donde havia fresas y una semilla que parecia centeno en la caña y espiga, pero el grano no cuaja como el de España [1]. Por la orilla del cerro baja por medio de dos cordilleras un rio, bastante caudaloso, de agua blanca [2], y poca corriente, baja de una abra que se ve al Sur y antes de llegar a la arena pasa por una vega----

    entónces que existe allí la misma configuracion que la que habia observado ya en el Osorno. Algunas años mas tarde el jóven P. Manuel Tellez, compañero de Vidal Gormaz, ascendió la falda del volcan Yate i notó que desde este volcan corre un cordon mui alto en direccion diagonal al Este.
    En una época en que la Cordillera austral era todavia mui poco conocida, deduje de estos ejemplos la teoría sobre la estructura de la pendiente occidental que acabo de señalar. La he dado a conocer a lo lijero en la "Orografia" (p. 34, 53 i 73 i este libro t I p. 85): en la continuacion inédita de ella la he tratado mas en estenso en el capítulo sobre los volcanes.
    La configuracion descrita no solo ejerce un papel mui importante en la estructura de la Cordillera, sino que merece tambien una atencion preferente en la apreciacion de la cuestion de límites. En un resúmen que nos proponemos hacer, al fin de nuestros comentarios, de la parte orográfica de esta cuestion, volveremos a referirnos al imponente cordon a cuya vista vamos pasando guiados por Menendez.

  1. Las fresas se hallan silvestres en las playas arenosas de la rejion austral. En cuanto al "centeno" descrito, se reconoce en él fácilmente una graminea cosmopolita el "Hordeum secalinum var. chilensis", que es comun en los arenales i lugares abiertos: el nombre científico indica su semejanza al centeno jenuino ("Secale")
  2. El lago concluye al oriente en dos ensenadas opuestas. Menendez siguió la del Sur donde dió con la boca del rio Blanco. Este rio mui importante para la historia de este viaje, debe su nombre a sus aguas blanquecinas que nacen de un gran ventisquero. Volveremos a encontrar este rio i su ventisquero mas adelante, cuando el autor emprenda el descubrimiento del camino de Vuriloche, que no supone léjos de este punto por haber divisado desde aquí cerros situados en esa direccion. El rio Blanco es todavía poco conocido. El comandante D. Emilio Valverde tocó en su boca, después de haberle cruzado mas arriba en su segundo viaje (1885). El Dr. Steffen reconoció su parte inferior en la escursion del año 1892, con que inició sus memorables esploraciones de la rejion austral (vea "Festschrift" citada arriba).