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SIGUE NOTA (4) DE LA PÁJ 203, DIA 2 DE FEBRERO DE 1791

    las mas veces para buscar nuevos alerzales o animales alzados. Vestido de un poncho i tal vez de una sábana de lana para su cama, armado de un machete i provisto de una bolsa de harina tostada i de un lazo amarrado en la cintura, se lanza impertérrito a su camino en que la naturaleza vírjen i áspera le pone a cada paso obstáculos casi invencibles: las espesuras del bosque, los rios i pantanos, las lluvias i el frio, la falta de todo alimento, que no sea el que lleve a cuestan i la falta de medios para orientarse. Con el machete deja marcardo su camino para volver; mucho mas difícil, sin compas i sin sol visible, le es guardar la direccion requerida; posee un arte especial de no perderla. De esta manera permanece a veces sumido él solo en el bosque por algunas semanas. El lazo llevado para las usos comunes a que se presta, en casos estremos aun sirve de alimento cuando se haya acabado la provision de harina. El heroico Bernardo Philipi tuvo que valerse tambien de este recurso en su primer viaje al lago Llanquihue.
    Estos taladores prestan servicios mui útiles a los esploradores Su oficio no carece de poesia i recuerda las hazañas de Natty Bumpo, el héroe de las silenciosas selvas de la América del Norte en las novelas de Cooper. El talador mas afamado de Chile ha sido sin duda el indio Juan Currieco, llamado comunmente Pichi Juan. Acompañó a Vicente Perez Rosales en su primer viaje al Norte del lago Llanquihue o hizo dos viajes a Nahuelhuapi, uno de ellos en compañia mia i de Fernando Hess hasta la península de San Pedro. Despues hizo él solo una larga escursion por la orilla Sur del lago Llanquihue siguiendo un trazo de que se ha conservado memoria i que ha apuntado en el Plano. Pichi Juan era un hermoso tipo del indio huilliche o cunco, de figura esbelta i pecho ancho, con las manos i piés de formas finas. Cuando venia de su casa en la isla de Coihueco (la península formada por la confluencia de los rios Rahue i Coihueco) dispuesto para un nuevo viaje, con su poncho i sus polainas (esta una pieza especial propia a su tribu) recien confeccionados i teñidos, su aspecto producia una impresion mui favorable.
    Como contribucion psicolójica para ilustrar las ideas i facultades mentales de estos "hijos de la naturaleza" voi a relatar una pequeña anécdota: Cuando nos hallábamos en la parte mas fragosa del paso Perez Rosales i con algun apuro por el avance difícil en las espesuras del bosque, se me presentó Pichi Juan con un obsequio que consistia en un hongo grande que es comun en las coihues i sirve para yesca cuando seco. Le habia hallado en la espedicion del año anterior i puesto a secar; ahora con su escelente memoria i su ojo agudo le habia vuelto a hallar i encontrado bueno para el uso. Renovamos con ella la provision de yesca que nos servia para prender fuego. Aparte de su habilidad para volver a encontrar esta objeto nos admira que le haya puesto a guardar en el