Página:Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi.pdf/23

De Wikisource, la biblioteca libre.
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Esta página ha sido corregida
— 9 —

mérito i gloria en su antigüedad, en comparacion con las jesuitas, órden que entró a la América en una época posterior i cobró pronto gran prestijio, eclipsando a las órdenes de los mercenarios, franciscanos i dominicanos, que habian venido con los primeros conquistadores. Por esta razon Ascasubi tenia un interés especial en vindicar para su órden el honor de la fundacion de la primera mision de Nahuelhuapi.

Por lo demas, hai otras razones que abogan, aunque indirectamente, en favor de su asercion. Vicente Carvallo, el mismo autor a quien acabamos de citar, visitó el sitio de la ínclita Villarrica por la primera vez despues de su destruccion, acaecida hacía tantos años, i reconoció, fuera de otros restos importantes, las vistosas ruinas del convento de San Francisco, señaladas por una inscripcion del año 1568; este edificio habia sido el mus notable de la ciudad [1]. Miguel de Olivares pinta con vivos colores los atroces sufrimientos que el abnegado Fr. Martin de Pozas i los demas reiljiosos de San Francisco experimentaron al sucumbir junto con los heróicos defensores de la ciudad a principios de 1602 i tras un largo sitio de mas de dos años [2]. Esos mismos franciscanos i los mercenarios (Ramirez) debieron haber sido los que predicaron la fé en aquel remoto tiempo en Nahuelhuapi i otros puntos situados en la falda oriental de la Cordillera austral.

Nuestro autor Fr. Francisco Menendez, quien llegó a las playas de de "la famosa Laguna de Nahuelhuapi", cerca de dos siglos mas tarde, pisó sin saberlo las huellas de sus antiguos cofrades.

Al mismo tiempo de rendir homenaje, al sublime heroismo de los defensores de Villarrica, tenemos que deplorar la pérdida de la cultura iniciada por las antiguas ciudades del Sur. La mision de Nahuelhuapi i el camino carretero por Villarrica establecidos en aquella época, prueban hasta la evidencia que estas ciudades habian alcanzado un grado relativamente alto de poder i bienestar, que las facultaba para llevar la civilizacion por sobre los Andes nevados hasta dentro de la Pampa.

Con la desaparicion de sus valientes e ilustrados vecinos la barbarie volvió a imperar en las comarcas que habian ocupado. Sin embargo, su dominio no pasó sin dejar huellas: se conservaron recuerdos de él no solo en los fastos de la historia sino aun en la fisionomia del pais, en la cual quedaron estampados ciertos rasgos de cultura que atestiguan hasta hoi dia su imperio allende la Cordillera.

El conquistador de la América llevaba, por donde iba, no solo la espada, sino tambien los atributos de la civilizacion. Entre los mas importantes que introdujo al nuevo Continente, se cuentan los animales domésticos, las plumas de cultivo i los árboles frutales del Viejo Mundo.

  1. l. c. Historiadores, t. X. p 186.
  2. l. c. p. 177