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SIGUE NOTA (2) DE PÁJ 277, DIA 11 DE ENERO DE 1792

    de encontrar el encabezamiento o fondo del valle correspondiente, bajamos a él por su costado i el rio Frio en la mitad de su curso, quedando sus vertientes principales a algunas leguas de distancia i apesar de que el valle no tenga otra comunicacion al Oeste que por este paso.

    Esta configuracion es escepcional, pero se halla en relacion con la tendencia observada en la Cordillera, i sobre todo en su pendiente oriental, de que los cordones laterales corran primero paralelas a la cadena central, formándose de esa manera el valle lonjitudinal del rio Frio i otros. En nuestro caso ella se halla en relacion directa con el cambio en la direccion de esta cadena, mediante de a el las pendientes del paso Barros Arana miran al Norte i Sur, mientras que las del Perez Rosales caen al Este i Oeste, aunque los dos sean interoceánicos.

    Solo en lo futuro, cuando conozcamos mejor la jeografia de la Cordillera, podremos formular las reglas a que obedezca la estructura de esta i otras configuraciones orográficas.

    De todos modos vemos que el cuadro relativamente limitado de nuestro campo ofrece varios problemas de orografía, talvez los mas importantes que se presenten en toda la Cordillera, de modo que el exámen, a que nos hemos consagrado a someterlos, merecerá talvez la aprobacion como ensayo elemental.

    Por fin nuestra ascension al Doce de Febrero nos brindó aun otro fenómeno mas, que pertenece a otro ramo de la ciencia natural, a la zoolojía jeográfica.

    En mi viaje ya aludido por los Alpes del Tirol hice varias ascensiones a cerros bien altos i atravesé campos de nieve perpétua. En estas travesias tuve lugar de observar varias veces la aparicion repentina de pequeñas bandadas de la "Fringuilla nivalis" o sea del gorrion de la nieve, aves que frecuentan esas alturas solitarias i despues de corta permanencia en la una se alejan para dirijirse a otras cumbres nevadas: producen en el ánimo del viajero, que se halla aislado en medio de estos campos al parecer enteramente destituidos de seres vivientes, una impresion por demas agradable.

    ¡Pues cuanta fué mi sorpresa, cuando ví aparecer en la cima del Doce de Febrero i a mi lado una bandada de esas avecitas habitadoras de la nieve con su vuelo elegante, sus formas graciosas i su modesto plumaje amarillo claro ceniciento, en una palabra exactamente las mismas que habia visto en los Alpes!

    Como no soi versado en la ornitolojía, no sé si este gorrion niveal se haya observado en Chile, pero aun cuando lo sea parece que no ha sido reconocido hasta ahora como habitante de la rejion de la nieve de nuestra Cordillera.

    Viendo el Tronador, el Puntiagudo, el Osorno i otras cumbres cubiertas de abundante nieve, estraña al naturalista que no conozcamos una fauna