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hasta llegar a una playa que está al O en donde está la Canoa antigua, la que por el bordo tiene degneñes o ahujeros para coser la falca: aunque esta toda podrida conserva su perfecta figura [1]. Luego se cortó un roble para plan y quilla de una pirahua que es preciso hacer.


    pronto no disponia. Por lo demas creemos que su opinion desfavorable sobre este trayecto no desvirtue lo que acabamos de esponer acerca de él. Un poco mas adelante reconoceremos la desembocadura del mismo rio en el lago Nahuelhuapi.

  1. Al fin tenemos a Menendez en la orilla del lago, cuyo descubrimiento i esploracion le habian sido encomendados i que él estaba tentando por segunda ver. Su reputacion de esplorador estaba salvada i estaba resuelto el problema de restablecer la comunicacion con la misteriosa, casi mítica laguna, el teatro de grandes sucesos, nobles aspiraciones i crueles desengaños. Las sencillas palabras del autor espresan bien la emocion i satisfaccion que le dominaban en este solemne momento. Cada viajero que toque este lugar privilejiado recibirá tambien impresiones análogas.

    Lo primero que llamó su atencion en el lago fué la embarcacion antigua que se habia dejado i permanecia allí sin tocarla desde la vuelta del último viaje de Chiloé a la Mision, hacia setenta años mas o menos; fué este probablemente el que hizo el padre Yaspers con motivo de la muerte del padre Elguea o la entrada que se efectuó en tiempo del gobernador Nicolas del Puerto (1723?) [n 1]. Notemos que esta embarcacion no fué una piragua, sino una canoa, bien que de una construccion mista, puesto que tenia falcas lo mismo que aquella, adicion que aumentaba considerablemente su capacidad. Menendez nos enseña aquí un nuevo término técnico i orijinal de la fabricacion de las piraguas: los agujeros abiertos en línea i distancia regular por medio del fuego en el borde de los tablones se llamaban degneñes (o degüeñes segun la version dada por D. J. T. Medina) [n 2]. De esta manera quedamos en estado de reconstruir la antigua piragua hasta en sus menores detalles.

    Nosotros que seguimos a Menendez despues de trascurridos mas de sesenta años, tuvimos tambien la suerte de encontrar restos de las embarcaciones de nuestro predecesor, i fueron éstas las de nuestro mismo autor i cuya construccion presenciaremos en su relacion que va a seguir. Fueron dos piraguas ya casi deshechas i medio sumerjidas en el agua, una de las cuales, de grandes dimensiones, mostraba bien la figura de la embarcacion; sus tablas anchas de madera de coihue, guarnecidas de agujeros en que se hallaba todavía pegada la estopa de alerce, aunque


  1. véase e. l. t. II p. 100.
  2. "El Ferrocarril" de 28 de febrero de 1896: las versiones de la copia de la Biblioteca i del Anuario no traen este vocablo; véase la nota del dia 25 de enero de 1791.