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SIGUE NOTA (1) DE PÁJ 291, DIA 19 DE ENERO DE 1792

    sumaron aquellas solitarias rejiones". Se vé que estas embarcaciones despertaron en O'Connor el mismo interes que las halladas anteriormente en este punto habian despertado en Menendez i nosotros.

    Me tuvo perplejo algun tiempo este hallazgo de "dos piraguas usadas por salvajes" en un punto cuya ubicacion no acertaba i lo creia un descubrimiento etnográfico de cierta importancia que parecia afirmar la asereion del P. Rosales, que los indios recorrian antiguamente en piraguas los lagos de ambos lados de la Cordillera

    Quedé finalmente desengañado de esta ficcion al consultar el mapa de O'Connor i saber que su rio Blanco es el rio Frio i que su "arroyo delas Piraguas" cae a Puerto Blest, resultando que los supuestos salvajes que hubieran navegado en esas embarcaciones, habian sido mi compañero Hess i yo. Las susodichas piraguas, mui distantes por su construccion de merecer este nombre, fueron la canoa, en que habíamos hecho nuestra escurcion por el lago Nahuelhuapi, i el bote de Figueroa, los que quedaron guardados a nuestra vuelta en la playa de puerto Blest. Ellos habrian podido servir a O'Connor de prueba palpable, que nosotros no anduvimos por el lago Gutierrez, como creyó, sino que fuimos nosotros los primeros que surcaran en este siglo las aguas de la "famosa laguna de Nahuelhuapi".

    Se ve que toda esta confusion resultó por no haberse respetado el nombre primitivo del rio Frio; ella fué felizmente de corta duracion i por lo tanto mas hilarante que seria; es a titulo de la primera que la hemos traido a colacion.

    Es curioso que estos esquifes, hechos de palos enteros de alerce, estaban todavia en buen estado de conservacion despues de veinte i ocho años [n 1].

    Observando mi método de comentar los derroteros paralelos de los otros viajeros que hubieran seguido la misma ruta, be logrado tambien la ocasion de demostrar el mio i me he permitido de dar a esta hilacion mayor estension, colorido i agrupacion de detalles que en los demas. Espero que el benévolo lector no recibirá a mal que me haya escedido tal vez por el deseo de comunicar todo lo que haya visto i esperimentado en esta grandiosa rejion que tuve la suerte de pisar, junto con mi apreciable compañero Hess, el primero despues de Menendez.

    Volviendo a este último autor, vemos que en la península descrita su derrotero i el nuestro se separan; él siguió adelante, mientras que nosotros volvimos desde ella. Nuestro comentario basado hasta esta etapa sobre


  1. Véase: Nahuelhuapi a propósito de espedicion del comandante Valverde. "El Mercurio" de 28 de noviembre de 1884; Fonck, Algo sobre el lago Nahuelhuapi i su descubrimiento, "El Mercurio" de 13 de diciembre; "Deutsche Nachrichten" de 17 i "The West Coast Mail" de 20 de diciembre de 1884: Eduardo O'Connor, Esploracion del Alto Limai i del lago Nahuelhuapi, "Boletin del Instituto Geog. Argent." 1884 p. 232. Santiago I. Albarracin, l. c. t. I p. 151, se ocupa de este incidente con buen criterio.