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Instruccion que deberá observar el padre frai Francisco Menendez en la comision que sele manda continuar sobre el descubrimiento de la nacion de los aucahuincas que abitan a las orillas del rio Limec, i los otros que segun las noticias que en el año anterior le dió el cacique Masquionai se hallan a la parte del sur[1].


1. Habiéndose comprado en esta capital, para proceder a la ejecucion de los reconocimientos que se espresan, todos las víveres i demas efectos que el padre frai Francisco Menendez ha pedido como jefe de la espedicion, i remitiéndose estos, con mas la plata, que ha solicitado, al puerto de San Cárlos de Chiloé por la fragata Santa Teresa, se tendrá todo a disposicion de dicho padre i se le facilitarán por el señor gobernador, don Pedro Cañaveral, los demas ausilios que le pida, i se contemplen necesarios para que los reconocimientos se hagan con la mayor individualidad i segun se desea.

2. Como dicha espedicion no debe pasar por título alguno de 100 hombres, se escojerán estos en Chiloé de los mas ájiles i robustos. Se procura-


  1. Ocho dias despues que el virei habia dirijido a Menendez el oficio anterior, emetió para su uso la "Instruccion" que precede.

    Menendez no trae este document en el manuscrito nuestro, a pesar de que forme una parte integrante de las medidas gubernativas para encaminar esta espedicion.

    Le hemos tomado de la publicacion parcial de sus Diarios en el "Anuario Hidrográfico" (t. XV. 1890, p. 33), en que viene insertado equivocadamente como introduccion a la segunda espedicion: el señor Vidal Gormaz descubrió esta pieza en su memorable jira "bibliográfica" por España en 1886.

    El buen virei Gil y Lemus, como gobernante paternal, se impuso en esta estensa "Instruccion" la tarea de dirijir desde su gabinete todos los pasos de Menendez, prescribiéndoselos hasta en sus menores detalles. Ademas, dando rienda suelta a sus ilusiones sobre los Césares, le encargó no solo hacer una escursion para juntarse con los aucahunicas, (las lecciones "ascahuincas" i "alealcahuincas" son errores de pluma o imprenta), sino tambien dirijirse al Sur hasta el grado 45° i eventualmente aun hasta el Atlántico (art.° 6 a 9).

    Si hubiera habido lugar de estender mas las esploraciones, habria sido lo mas natural que el virei hubiese encomendado a Menendez que procurase ponerse en contacto con los establecimientos españoles del Atlántico. Pero estaba, segun parece, ignorante de ellos, por lo que ordenó el reconocimiento de "las naciones" inmediatas, que existian solo en su fantasía.

    Se ve que estas direcciones habian de embarazar seriamente la accion de Menendez: tratando de cumplirlas, su obra perdia toda su importancia, práctica, ademas de que debia terminar en un desengaño cruel; no cumpliéndolas, se esponia al agravio del mismo virei.

    No contento con eso, el virei le pedia ademas un diario exacto con apuntes topográficos i aun con vistas i planos (art.° 10). Parece que se complacia en estas exijencias, por haber pedido las mismas mui pocos dias ántes a Moraleda, olvidándose que el misionero franciscano no era persona apta para hacer trabajos jeográficos científicos.

    Menendez se esforzó efectivamente en hacer una especie de cróquis, que viene anexo al manuscrito de que nos servimos, pero es una hechura de mano de lego, de modo que hemos desistido de su publicacion. No trae nombres; se reconocen con cierta dificultad las principales ensenadas, islas i penínsulas del curso de los rios Limai, rio Frio, Nirrecó i Pichi Leufu; distingue por signos diferentes las riberas escarpadas de los últimos tres rios i los campos pastosos.

    Un lijero dibujo a lápiz que se encuentra la segunda pájina del manuscrito, aunque de un trazado mui débil, es mejor que ese plano oficial, por lo que le hemos reproducido en facsimile en nuestro "Plano Ilustrativo".