Página:Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi.pdf/389

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encontrarnos. Llegamos temprano a una vega, en donde havia algunos arboles y quinoa ya madura, con mui buena agua de la que ya teniamos necesidad. Dormimos aquí, y puse todo Cuidado en que no se tocase en la quinoa, porque no diga el dueño que ibamos a rrobar.

Dia 9 del mismo

Por la mañana salió el cacique con el capitan y un mozo en busca de Millahuan, y a las nueve y media volvieron estos dos con caballos para que fuesemos donde le encontraron, que seria


    no se fijó en el volcan Lagnin, porque el cerro cubierto de nieve i que remata en pirámide no le corresponde por estar situado al Este; no debe ser tampoco el cerro del Perro (1290 m.), que se eleva como atalaya a espaldas de la villa de Junin porque segun su altura no alcanza a la rejion de la nieve. La estension calculada del valle i el oríjen del rio Chimehuin en un lago (el famoso "lago del límite" de Falkner), al que sus guias atribuyen exajeradamente mayor estension que al Nahuelhuapi, son datos preciosos que recibimos con placer en este punto memorable no solo por ser el mas lejano que alcanzara, sino tambien bajo otro aspecto.

    Nuestro Menendez, creyendo sin duda, ser el primer viajero que contemplara ese campo risueño, estaba completamente ignorante que un antecesor suyo, Basilio Villarino, a quien ya conocemos, habia recorrido pocos años ántes ese valle i ese rio, habiendo llegando hasta allí embarcado desde el lado del Atlántico. De este modo Menendez efectuó ahora en este punto, sin saberlo, la primera conexion auténtica de dos espediciones salidas en latitud austral desde océanos opuestos, obteniéndose un corte completo i bastante detallado de todo el continente comprendido entre ellos.

    Que este hecho importante en la historia de la jeografia quedara desconocido a Menendez i tambien a nosotros hasta al dia de hoi, no fué sin duda culpa de él. Su ignorancia fué debida probablemente a la separacion en que se mantenian las colonias de España una de otra, porque de otro modo no se comprende como la esploracion de Villarino no se haya comunicado al gobierno de Lima, i por él a Menendez.

    Fué ménos aun la culpa, de este que la posteridad no se haya impuesto ántes del hecho, puesto que él le dejó señalado aquí en la parte que lo concernia, sino que la ignorancia se debe a que sus diarios permanecieran inéditos durante mas de un siglo i que el de la tercera espedicion, en que esa conexion se verificó, se publicara solo ahora.

    De ese mismo punto Menendez divisaria tambien, situados a sus piés, los lejendsrios campos del rio Calcufu, en que Cox recibió la hospitalidad del