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Indios por agravio que entre alguno en sus tierras sin su permiso. Me acuerdo que estando yo en Valparaiso el año de noventa, quando salí de Chiloe, con el P.e Misionero Fr. Antonio de la Sarta, dijo este Missionero, que el principal motivo que tuvieron los Indios de los llanos para no dejar pasar al señor obispo de Penco para Valdivia havia sido el que su Iltma. no les escrivió pidiéndoles licencia para ello: Que quando alguno de los Misioneros pasa de Chillan para Valdivia lo hace luego que llega a las tierras de algun cacique o thoqui. Este fué el motivo de retirarme [1].

Dia 11 del mismo

Nos despedimos de los Indios regalandolos con algunas chaquiras, espejos, navajas, y a cada familia dos varas y media de


    muchos indios i se habrian suscitado conflictos, que le era forzoso evitar.

  1. El argumento que decidió a Menendez a desistir de la continuacion de este viaje es mui fundado i ya hemos aludido a él: no se puede entrar a la tierra de los indios sin haber obtenido previamente su permiso. Recordaba en esta ocasion los curiosos informes que le habia dado un hermano de su órden, el P. Fr. Antonio de la Sarta del Colejio franciscano de Chillan, destinado a la propagacion de la fé entre los indios, a su pasada por Valparaiso en 1790. Sabemos por Moraleda que el buque, la Cármen, en que nuestro autor se embarcó para Lima, con el fin de retirarse a Ocopa, receló a Valparaiso [n 1], i fué en esta ocasion que conoció al padre de la Sarta, de cuya persona no poseemos mas datos. Este misionero, que conocia bien a los indios, se refiere a la prision sensacional del Obispo de Concepcion D. Francisco José Maran, por los indios de Boroa o Imperial en 1787 [n 2]. Claudio Gay refiere tambien que el pretesto para este ataque brutal del cacique Analican "fué que los españoles no le habian pedido licencia para pasar por su tierra"; se ve pues que la afirmacion de Fr. de la Sarta concuerda con la historia.

    Los tehuelches observan la misma costumbre. Hablando de ella Antonio de Viedma, dice: "una de las principales causas que tienen para declarar la guerra, es que no puede entrar ninguno en el terreno de un cacique sin pedirle licencia para ella". Para pedirla, el que llega tiene que hacer ciertas formalidades, comenzando con tres humaredes; si no las observa. "es señal de mala fé y en consecuencia se toca luego el arma" [n 3].


  1. Moraleda, l. c. p. 263; e. l. t. II p. 164.
  2. Es curioso que se hable aquí del Obispo de Penco; debe ser una epresion familiar; por lo demas se ve que este nombre antiguo de Concepcion quedaba todavia vijente en aquel tiempo.
  3. Angelis, l. c., t. VI, Diario de Antonio de Viedma, p. 73.