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ademas, el dominio español estaba bien cimentado en toda la provincia, por lo que los pasos de laCordillera quedaban francos.

Las primeras Ordenes de regulares, que entraron a Chiloé al tiempo de la fundacion de Castro (1566) i principiaron a dedicarse a la conversion de sus habitantes, fueron las de los franciscanos i mercenarios.

Segun el cronista Herrera, habia en Castro en su época solo monasterio de San Francisco, fundado probablemente por franciscanos venidos de la destruida Osorno. Este establecimiento no fué de duracion, porque en 1708, cuando el padre Olivarez pasó por Chiloé, no habia convento de esa Orden, pero volvieron a fundar en época posterior [1]. En 1755 existía allí el modesto convento de Nuestra Señora de los Anjeles [2], dependiente de la provincia de Chile. Parece que continuó hasta el tiempo de Agüeros, pero en condicion mui modesta, porque contaba solo con el guardian i otro sacerdote que hacia de predicador [3].

Hai autores, como Fray Francisco Ramirez i Fray Francisco Cárcamo, en su Crónica dnédita) del Convento de Castro, que afirman que los regulares franciscanos Fr. Antonio Quadramira i Fr. Cristóval Mérida, compañeros del ilustre navegante Pedro Sarmiento de Gamboa, de cuya suerte ya nos ocupamos arriba, predicaron el evanjelio en Chiloé i en la Patagonia. La consulta de la obra de Sarmiento hace aparecer mui dudosa esta aseveracion, a lo ménos en cuanto a su entrada a la Patagonia [4]. Por falta de espacio no entramos en detalles sobre este particular.

En tiempo de la conquista se establecieron tambien los mercenarios en Castro i trabajaron con algun fruto en la conversion de los indíjenas. Se distinguió entre ellos Fr. Antonio Correa, i en época posterior. Fr. Agustin Guevara, quien atendió a la conversion de los chonos [5]. Su convento en Castro tenia en 1708 solo dos relijiosos (Olivarez).

Es evidente que estos pocos relijiosos no podian adelantar la conversion de la numerosa poblacion indíjena de Chiloé.

Fué en 1609 cuando la Orden de los jesuitas, establecida en Chile solo desde 1593, dió los primeros pasos para incluir esta lejana provincia en el círculo de sus grandes empresas. Vinieron a visitarla en ese año los padres Melchor Venegas, "el apóstol de Chiloé", i Juan Bautista Ferrufino. Permanecieron solo medio año, pero Venegas volvió ya en 1611 acompañado del P. Mateo Estevan, "el apóstol de los chonos", iniciando los trabajos de mision tanto en Chiloé como en las islas de Huaitecas i Chonos.

  1. Olivares, l. c. p. 364.
  2. "Informe cronológico" Gay, Document. t. I p. 301.
  3. Fr Pedro Gonzalez de Agüeros, Descripcion Historial de la provincia de Chiloe, Madrid 4791, p. 57, 59, 140.
  4. Sarmiento, l. c.: Eyzaguirre, l. c. t. I p. 143.
  5. Eyzaguirre, ibid. t. I. p. 240m t. II, p. 74