Página:Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi.pdf/447

De Wikisource, la biblioteca libre.
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Esta página ha sido corregida
— 438 —

no tienen armas para su defensa. Y que aunque el tal indio huilliche le dijo otras muchas cosas de la referidad ciudad, las que lleva referidas son en las que mas se afirmaba y que le parecieron mas probables [1].

 San Carlos de Chiloé, 14 de Marzo de 1794.


  1. Estraña que el Gobernador, no contento con la esposicion de Menendez, llamara al dia siguiente despues de haber recibido su "Diario", a declarar sobre el mismo tema a una persona subalterna Podemos figurarnos que el soldado haya dejado embelesado a un numeroso público con sus cuentos maravillosos, por lo que el mismo gobernador se sintiera impresionado i creyera que esos datos satisfarian mejor tal vez que los de Menendez las exijencias del virei, quien en los albores del siglo XIX persistia aun en buscar "la ciudad encantada"

    Llama la atencion en la deposicion de Vargas una nueva forma de la leyenda de los Césares, que nace a nuestra vista en presencia de Menendez e impulsada directamente por los viajes que acababa de realizar.

    Llevada por nuestros mismos héroes de las jornadas del autor, la fama de los ínclitos Castrarios, los vecinos de Castro, la Capital i Metrópoli de la Rejion Austral, se ha esparcido al fin hasta los Huillihincas, los lejendarios españoles perdidos del Sur. Estos a su vez arden en vehementes deseos de ponerse en comunicacion con sus hermanos del Pacifico i se preparan para ir a verlos por mar, ya que los indios les cierran el paso por tierra.

    Es este un nuevo i hermoso rasgo de poesía popular que vemos brotar de la fantasía de la jente solo medianamente instruida, en forma de cuentos maravillosos que tienen su asiento en los ilimitados i desiertos campos de la América, sea cual fuera su situacion. Se repite aquí el fenómeno señalado por Poeppig i analizado en nuestro "Prefacio" a la primera parte de este libro.

    Menendez nos da el dia 10 de febrero una version un poco diferente de este cuento que tuvo de boca del mismo Vargas a quien se lo refirió una india.

    No cabe duda que tanto las relaciones de la gente que acompañó a Menendez, como tambien las de la marinería de Moraleda dieron nuevo pábulo a la fábula de los Césares. Este último refiere [n 1] que los ruidos producidos por las caidas de los aludes i derrumbes son interpretados por el pueblo de Chiloé como tiros de la artillería de los Césares, i que ciertas corrientes de arena i cascajo, que descienden del pico del Calvario


  1. l. c. p. 434.